El anuncio maldito

Hay muchos anuncios. Unos son buenos. Otros son malísimos. Y yo os quiero hablar de uno que no soporto, porque hay anuncios que hacen que cambie de canal para tragarme otro tipo de anuncio. ¿Tan difícil era hacer anuncios buenos? ¿¡TAN DIFÍCIL ERA!? Parece ser que sí, porque poner la tele y encontrarme con este anuncio demuestra que los guionistas de los anuncios no le dan mucho al coco:

Seguro que muchos pensaréis que no es para tanto este anuncio. Pero es que, desde el primer día que la vi, la tía esa me cae fatal. Parece un robot, y la voz que la ponen, que, obviamente, no es suya, hace que me lo parezca aún más. Además, si fuese una conversación más normal vale, pero que ella esté mirando un bote, el otro deja su chaqueta y de repente le pregunta la tía: "Miguel Ángel, ¿por qué recomiendas Depuralina?". Y todo es de lo más normal al parecer. Ni "Oye, Miguel Ángel, ¿qué es esto?", ni "¿Crees que Depuralina me ayudará para eliminar lo que mi cuerpo no necesita?" ni nada de nada. Directo, "¿Por qué recomiendas Depuralina?". Podían haber elegido otra forma de empezar, pero prefirieron la peor de todas. Lo peor es que hay días que veo este anuncio hasta cinco veces en el día. Otros días me pasa que me lo tengo que tragar cinco veces en cinco minutos de publicidad. Y claro, le tengo manía, odio. No puedo con él. Os parecerá una tontería que me chine tanto por esto, pero es que no aguanto este anuncio, y menos si para ver mi programa favorito, en la publicidad lo tengo que ver doscientas veces. Pero ya está, ya me he desahogado, tranquilos. No hablaré más. Y como no voy a hablar más, pues me despido. ¡Hasta la próxima