Sí, amigos, por si no lo habíais notado, el calor ha llegado. Pero realmente llegó en mayo. ¡Qué capullo, el calor! Uno no se espera tener que llevar camisetas de manga corta con piratas y sandalias en mayo. 41 gradichis (grados en la lengua frikiclaudiana) hubo el otro día en Madrid, y estaba en mi pueblo, disfrutando del puente jeje. Bueno, no era puente, pero el jueves fue fiesta en Madrid y Toledo, y el viernes no tenía exámenes ni nada de nada, así que me fui por la tarde a mi pueblo. Allí como mucho 37 º, pero siguen siendo muchos, la verdad. Pero recibimos una llamada de mi abuela, que iba a felicitar a mi hermana, que cumplía doce añazos el viernes. Nos decía que qué tal estábamos, que si nos lo pasábamos bien, y nos dije que en Madrid hacía un calor tremendo. Minutos después nos llaman unos amigos nuestros para felicitar a Patri, mi hermanita, y dijeron lo mismo. Pero la madre dijo que el calor era tal que eran las cinco de la tarde y, si te ponías al sol, te quemabas. ¡A las cinco! El tiempo está majareta (Obélix, que hace un poco de daño en los cerebros).
¿Y qué es lo que trae el calor? Mosquitos. Esos bichos hijos de puta que para alimentarse tienen que chuparte la sangre y dejarte con un bonito recuerdo: una picadura que, como su nombre indica, pica. Y mucho. Lo estoy viviendo en mis carnes ahora mismo, pero resulta que soy la única de mi familia que tiene picaduras de mosquito asqueroso y cabrón. Y lo peor es que tengo siete picaduras en un mismo brazo, que es, como no, el derecho. Y digo "como no" porque debe de ser porque soy zurda (sep, escribo y hago muchísimas cosas con la izquierda, algo que "es de monstruos en el sentido de geniales" según uno de mi clase, Gianmarco), pero el caso es que todo lo malo me pasa en el lado derecho. El caso es que tengo siete picaduras gordísimas. Si queréis os la enseño. Mejor no, que es muy desagradable. Vale, es porque, como ya dije un día, la única cámara que tengo es la del ordenador y me es imposible hacer una foto de mis picotazos con mi querida 1.3M.Sin embargo, tengo la solución a este problema mosquitero. Bueno, lo he visto en uno de los blogs que sigo últimamente. La solución es...albahaca. Sí, resulta que si pones una plantita de albahaca en la ventana no vienen los mosquitos, y además es económico porque no necesita ni electricidad ni nada, como los cacharros esos que dicen que matan mosquitos pero que realmente no sirven pa´na´. Sólo agüita cada mañana. Voy a patentarlo, a ver si funciona. Los remedios caseros son mano de santo, para qué engañarnos.
Volviendo al verdadero tema, el calor, hay gente que lo lleva muy, pero que muy mal. Por ejemplo, mi madre. Cada dos por tres (Seis XDXDXD. ¡Me encanta este Miki!) le da un mareo, aunque no es la única. Mis profes de inglés, lengua, francés y educación física les pasa lo mismo. Este calor es muy malo. Y ahora me toca judo. ¡Vaya mierda! Podrían hacer kimonos de verano, porque los de los judokas dan un calor que te mueres, y con el solazo, que si correr, que si hacer no se qué técnica de judo...Al final uno se marea y le pasa como a mi amigüita Andrea, que el otro día estuvo toda la hora en el banco porque se encontraba fatal. Espero que esté mejor. Sería un golpetazo de calor.
Y hasta aquí esta entrada sobre el calor, los mosquitos, la albahaca y otras cosas del montón. Luego pondré el "esperado" nuevo capítulo de "Historias de una tarada". ¡Chao, chao!
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