¡Vuelvoo, a casa vuelvoooooo, por las malditas clases!

Sí, amigos. Tras dos o tres meses fuera, disfrutando de los veinticinco grados que hace en mi pueblo, de la fresca agua de un río llamado Burbia y del campo verde de los alrededores del pueblo leonés, he vuelto. Y quiero volver. ¡Y quiero volver YA! Estoy aquí, en Madrid, desde el martes y he reflexionado sobre mi amor por la ciudad que me vio nacer. ¿Y qué pienso? Que es verdad eso de que del amor al odio hay un paso. O más bien cuatro horas de viaje en coche.
Es que claro, el cambio ha sido brutal. No recordaba que Madrid fuese tan horrible. Cuarenta grados, treinta y cinco por la noche, el aire está lleno de humo de coches, no existe el verde en esta ciudad, y en cuanto a lo del agua, sólo puedo disfrutar de una ducha. Gracias a lo de volver a este infierno, el primer día ya presencié como mis padres discutían. Pero no en un cuarto, como todos los padres. Delante de sus hijas, que se enteren de que están fatal. Y mi madre, "Ay, no. No es por el clima". No, claro que no. Es por el clima, la vuelta al trabajo y toda la pesca. Porque si no, ¿cómo es que sólo discutís de esa forma en Madrid?

Para colmo quedan dos semanitas o así para las clases. Pensaréis que estoy nerviosa porque empiezo 2º de la ESO, que es más duro que 1º, que significa que estoy creciendo, que me queda menos para ser adulta...Bueno, pues lo de crecer podrías meteros por el *censurado por motivos obvios*. Habréis notado que tengo "unas ganas loquísimas" de empezar el instituto.

Lo único bueno de lo de empezar las clases es la compra de libros en Elcortinglés. No sé, pero me encanta llegar a casa con mis libritos nuevos y hojearlos, para ver lo que me espera en este curso. Y este año más, porque resulta que tengo...¡¡CHANCHÁN CHANCHÁN CHÁÁÁÁN!! ¡Educación Para La Ciudadanía! Sí, no estoy loca y digo cosas "pero ruaras, ruaras". He leído gran parte de mi libro de Educación Para La Ciudadanía y he sacado tres conclusiones: Primero, todo lo que hay en ese libro ya lo tengo muy visto, porque lo veo en los telediarios y hay cosas que en Primaria ya vi; Segundo, no hay ningún texto o, como dicen en el libro, documentos, que no sea de un periódico o página web, así que han usado el método "copia-y-pega" de toda la vida; Y tercero, les gusta Mafalda un montón, porque en casi todas las páginas hay una tira de los dibujos de Quino, algo que agradezco, porque así, cuando me aburra, podré entretenerme viendo las tiras que más me gustan. Adoro Mafalda. Aunque en el fondo lo aborrezco. Por culpa de ella mi madre ya se inventó un mote para mí cuando era pequeña. Me llamaba Felipe. Por si no sabéis quién es Felipe, es éste.

Felipe mostrando el por qué de mi mote ¬¬

Pues nada, habrá que soportar esta horrible pesadilla. Mientras tanto me despido, y os deseo suerte en este infierno llamado síndrome post-vacacional.