He reflexionado últimamente. Creo que demasiado. Y se me han ocurrido muchas cosas curiosas pero paridas como catedrales al mismo.
Por ejemplo, Budapest. ¡Qué nombre más desafortunado! Analicemos el nombre de esta ciudad. Budapest...Buda-Pest...Buda-Peste...Buda Apesta. Cuando fundaron la ciudad, ¿no habían pensado que están ofendiendo a un millón de personas que creen en una religión concreta?
También he pensado en Marcos, mi profesor de judo. No es que me guste, tranquilos, pero tiene una extraña obsesión por el sexo. Primero hicimos un ejercicio que consistía en desplazar a alguien haciendo una llave. Tenía que decir un número y luego teníamos que hacer el ejercicio. Suena raro que diga esto: "¡Uno! ¡Empuja, empuja, empuja!". Parecía que, en vez de en judo, estaba en el ginecólogo. Pero luego había ido más allá. Entonces parecía que estaba unos meses antes de ir al ginecólogo. "¡Dos! ¡Sigue, sigue, sigue!". Este Marcos...
2 comentarios:
Javi para los amigos, a secas^^ Muy buena reflexión :O
Y si te sigo es porque me gustan tus entradas ^^ (También te tengo afiliada)Y sí, es un honor, es.. conexión (pero no la del ADSL, que esa va fatal)
Un saludo y que vaya bien!!
Gracias, majete ^^. Hasta poniendo comentarios tienes mucho arte
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